RESEÑA DE LAS TORTUGAS PUEDEN VOLAR:
Los hechos ocurren antes de la invasión de Irak por parte de la coalición de países liderada por Estados Unidos de 2003. En un campo de refugiados del Kurdistán iraquí, en la frontera entre Irán y Turquía, los damnificados buscan desesperadamente el dinero necesario para poder adquirir una antena parabólica con la suficiente potencia como para poder enterarse de las noticias internacionales sobre la inminente guerra que se avecina. Los niños, marcados por la guerra, mutilados, huérfanos, hambrientos, desarraigados, son los que se llevan la peor parte, obligados a sobrevivir en condiciones infrahumanas y convertirse en adultos pese a su temprana edad. La película muestra el sufrimiento del día a día de estos jóvenes, la amistad entre ellos, lo difícil que les resulta tener que sobrevivir con lo mínimo y cuya única forma de conseguir ingresos para sus necesidades básicas es recogiendo minas antipersonales y vendiéndolas en el mercado negro, sin ningún tipo de equipamiento ni artilugio específico para eso.
Y la sinopsis es buena, pero la reseña comete un error común alrededor de esta película, esta no es un historia horrible de sufrimiento infantil —para eso ve Sentir que el suelo da batalla, ese si es un espeluznante drama ruso sobre los estragos que provoca la guerra—, pero Las tortugas pueden volar es una película humana, tierna, alegre y valiente en mas de un sentido.
Proyectos Historia
miércoles, 13 de junio de 2012
Causas & Consecuencias
La religión, identidad cultural de los
pueblos
En muchas culturas, la religión es un elemento clave en la educación y, a la vez que niños y niñas aprenden a leer y también se les enseña las creencias básicas. Así la religión se utiliza como un medio más para explicar el mundo a los más pequeños.
En ocasiones esta educación religiosa no va acompañada también de una adecuada formación para respetar la diversidad. Puede entonces que surjan conflictos con personas de otras religiones y con una forma de entender el mundo diferente a la suya.
En muchas sociedades actuales, la religión es un ingrediente importante en la identidad cultural, que sirve para diferenciarse de los demás. Se trata de un elemento esencial que ha marcado el devenir de la historia de muchas naciones y que configura tradiciones y caracteristicas culturales.
Pero si ese valor de identidad se plantea como excluyente entonces podemos hallamos ante una fuente notable de conflictos, ya que la religión puede utilizarse como un medio para amplificar las diferencias que existen entre los grupos humanos, o para justificar las atrocidades de la violencia, la guerra y el terrorismo.
La religión, por sus caracteristicas especiales, puede servir para multiplicar el conflicto y convertirlo en un problema de difícil solución cuando las partes enfrentadas se fanatizan.
El ejemplo de las guerras de religión en Europa en la Edad Moderna
Las sangrientas guerras de religión, que emprendieron cristianos de diversas confesiones entre los siglos XVI y asolaron Europa y son un ejemplo de cómo la religión puede servir de excusa para otros intereses.
Las causas de los enfrentamientos eran las ambiciones políticas y económicas de los diferentes estados europeo pero el trasfondo religioso permitía justificar las agresión y hacer más violenta y despiadada la guerra.
Por ejemplo, muchos príncipes y reyes alemanes y del norte de Europa vieron en el luteranismo el medio perfecto para librarse del control político del papa y sus aliados, y del pago de impuestos a la iglesia católica, así como un modo de acrecentar
sus propiedades y riquezas al confiscar los bienes y las tierras eclesiásticos. Por su parte, los reyes de países católicos consideraban que luchar contra los protestantes era un medio de mantener sometidos estos territorios.
Hubo muchos reformadores religiosos a lo largo de la Edad Media, pero no tuvieron los seguidores que muy pronto consiguió Lutero. En ese momento la religión sirvió como pretexto para marcar las diferencias, establecer nuevas identidades y justificar el conflicto. A la vez que se producían estas guerras por toda Europa, durante la Edad Moderna intentó eliminarse cualquier tipo de diferencia religiosa dentro de cada reino.
En España, la inquisición persiguió violentamente a todos los no católicos. Pero también los calvinistas fueron intolerantes y emplearon la violencia en Ginebra, los anglicanos en Inglaterra y los luteranos en los principados de Alemania. Polonia se mantuvo como nación católica precisamente para conservar su identidad frente a los pueblos que la rodeaban por el este y el oeste, y que a lo largo de la historia habían ocupado su territorio: en occidente, los alemanes luteranos y en oriente, los rusos ortodoxos. La Edad Moderna en Europa fue un período intolerante y sangriento, en el que se buscó la uniformidad religiosa a costa de perseguir y eliminar todo tipo de diferencia.
La pervivencia de los conflictos religiosos:
En ocasiones se defiende la idea de que los grandes conflictos actuales son choques entre civilizaciones, caracterizadas por las opciones religiosas. Hay especialistas en política internacional que creen que las guerras del futuro tendrán como causa principal la religión y, sobre todo, destacará el enfrentamiento entre el islam y el cristianismo.
Esta información no concuerda con la importancia del diálogo interreligioso en el mundo actual, ni con el carácter de pretexto que la religión tiene en los enfrentamientos.
Hoy en día se producen aún conflictos que en un primer análisis parecen tener una causa religiosa. Pero hay que tener en cuenta que la religión sigue siendo un medio muy poderoso de distinguirse de otros, y que puede servir para marcar una frontera, para expulsar al diferente o para matar sin remordimientos.
martes, 12 de junio de 2012
Conflictos Internacionales
CONFLICTOS TERRITORIALES ACTUALES
Los conflictos en las fronteras colombianas con los países limítrofes han sido, a lo largo de la historia, un tema de gran preocupación para los gobiernos colombianos.
Durante la década de los años 90, la preocupación fundamental respecto de este tema en particular se concentraba esencialmente en las disputas con Venezuela para redibujar la línea de fronteras marinas, de tal suerte que la zona de Los Monjes quede incluida dentro del mapa colombiano; sin embargo, la lucha por incluirlo en el mapa colombiano nunca prosperó. (Vale decir que, de un tiempo para acá, las reclamaciones sobre acuerdos limítrofes han dejado de ser prioritarias en las relaciones de Colombia con los países vecinos).
En la actualidad ha surgido un nuevo problema relacionado con disputas en torno a la posesión de determinado territorio, esta vez con Nicaragua, ello por la soberanía sobre el archipiélago de San Andrés y Providencia.
En los últimos años, las diversas coyunturas de orden público vividas en Colombia (que en muchas ocasiones han tenido a las zonas fronterizas por escenario) han hecho que los problemas de delimitación de fronteras que pretenden redefinir la soberanía nacional sobre ciertos territorios pasen a un segundo plano, ello para concentrarse en la resolución de tales problemas de orden público, pues el incremento de la presencia de grupos armados en las fronteras de Colombia con Brasil, Venezuela y Ecuador ha hecho que las relaciones con estas naciones se debiliten, afectando tanto las relaciones diplomáticas como las comerciales (por ejemplo, las exportaciones hacia Venezuela han disminuido debido a la gran cantidad de problemas de orden público acaecidos en la frontera que comparten Colombia y Venezuela).
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